Lo que ha pasado hoy ha dejado una vez más a la vista las vergüenzas de la Federación. Dos equipos como el Real Madrid y el Recreativo de Huelva estaban dispuestos a no jugar. Sobre todo los onubenses, que pedían a gritos que se suspendiera el encuentro. No puedo entender, a esta hora de la noche, cinco horas después de que comenzara el partido, que nadie haya evitado que Huelva no haya podido disfrutar del mejor partido que ha hecho su equipo esta temporada. La inutilidad de los que mandan en nuestro fútbol ha quedado patente una vez más.
El Recre ha ganado hoy, y también lo hubiera hecho en fechas posteriores. Muchos aficionados se han quedado en el camino, esperando una decisión que no ha gustado a nadie. El que sea madridista de verdad, y aficionado al fútbol por encima de todo, tampoco quería que este partido se jugara, independientemente del resultado. El aficionado del Recre, por supuesto, tampoco, porque insisto, le faltaban cuatro colegas de grada, de bocata y caldito, de gritos, de cánticos, de pasión.
Un partido que pasará a la historia por la incompetencia del Real Madrid futbolísticamente hablando; por la ineptitud de Villar y sus secuaces, y sobre todo, por la pasión del aficionado al fútbol, por la fiesta del deporte rey apagada hoy en una carretera camino a la ilusión de conseguir una victoria...
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